lunes, abril 02, 2007

EL MAL HUMOR DEL TUMOR


¡Agh, maldito tumor! Cuando te tenía estaba más felíz.
Ahora que te has ido, no quieres cicatrizar...pero no importa, vamos a ver como te comportas.
Cuando me miro al espejo, recuerdo que el día que llegué al hospital, al doctor le dolió más que mí, raparme la cabeza alrededor del melanoma, para la bendita operacion.
Luego la "enferma" de la enfermera, a pesar de que era una operación en el cráneo, les pedía a todas que se sacara la ropa interior total, para que fueran a la mesa de operaciones.
Obviamente que yo no me saqué la tanga -¡que no friegue!- pero en un descuido cuando ya estaba en la mesa de operaciones, los doctores se rieron al ver el hilo en medio de mi pan tolete ya que tenía la clásica bata que solo se anuda en el cuello.
¡Tienes que regalarle uno! - me dijo un doctor colado, señalando a mi cirujano. A lo que respondí que le regalaría, dos, uno para el que opera y el otro para él, con estampado de leopardo.
¡Aca todas tienen que venir sin calzón!- me dijo carcajeando.
Me reí...esa era la razón, distraer un poco a los doctores antes de que te tajen.
A decir verdad, me la pasé bastante bien, estaba consciente y me estaba vacilando de lo lindo- creo que cuando tengo nervios soy más chistosa aún- cuando alguien dijo : ¿Y tu familiar?
"Yo no he traido a nadie"- les dije.
¿Y como te vas a ir? me dijeron.
"Pues a pie". Todos se volvieron a ir, me colocaron una gasa en forma de huesito de canibal en la cabeza, y como estaba media dopada- bastante dopada- me fui sin trabajo a mi casa- de haber visto el adefesio de lazo, jamás hubiera pisado la calle, sin llevar puesto un sombrero-no quería sentirme mal, odio sentirme débil físicamente, por que mental e intelectualmente no lo soy.Pero me deprimió un poco saber que tú, hueco del tumor, no quieres cicatrizar, vaya a saber por que razón, motivo o circustancia y eso me pone de mal humor.
Tengo que peinarme siempre de costado, sino se ve el forado.
Sonreir todo el día.
Cargar las cosas.
Tener que estar despierta más allá de lo evidente, para que todo este listo a tiempo.
Seguir trabajando sin complicaciones.
Ir parada en el micro, cuando quisiera desparramarme entre dos asientos.
Lo más malhumorado de todo es tener que escuchar el siempre "¿Estas bien?"
Bueno, claro, toy viva, no me compadezcas....además las sacadas de cuerno siemple duelen ja,ja,ja.
Imagino que el hueco me habla "Hola , ¿ bajoneada aún? fíjate que todo tiene sus pro y sus contras, al menos puedo ser util como piscina para piojos".
Solo por una semana más amigos míos, la otra me recupero...simplemente no toy para nadie. Llamaré al Dr. House... o al Dr. Katz...depende.