lunes, diciembre 23, 2013

HOMENAJE A DOS BUENOS PROFESORES

Hace poco mi hija asistió a  una ceremonia de graduación de su ex colegio estatal  Florentino Pratt en Chaclacayo. La verdad es que ella se portó muy mal durante su paso por los colegios privados en la que los maestros suelen tolerar toda clase de indisciplinas -por que tienen miedo a represalia de los padres- y creí justo que conociera que en el Perú existían otras realidades. Secundada por mi madre la matriculé en aras que ella comprendiera que era un privilegio mantener una educación particular y que viera la diferencia.
Pues bien...el primer año la pasó excelente por que tenia una maestra muy hábil. Y desde su segundo año la pasó fatal por culpa del Profesor Salvador....
El profesor Salvador Linares, la tenía señaladita... "es indisciplinada, hace lo que quiere.... ¡la culpa es suya!" claaarooo yo madre ofendida "¡Pero si no se comporta asi en casa!" ambos nos miramos y nos pusimos la cruz, mi trabajo absorvente , sin vacaciones y a full stress era irreconciliable con el monitoreo estudiantil.
Hasta que un día mi cuerpo caducó y me dieron licencia de un mes por enfermedad....¡un mes!Cogí la agenda escolar y empecé a tomar en cuenta varias quejas por  indisciplina de los maestros....pero muy en especial  las del profesor Salvador....
¡¡Ah nooo!! Me dije....esto quiero verlo yo en directo, seguramente es una exageración....asi que hablando con la señora Directora una persona muy emprendedora le solicite permiso de aparecer inopinadamente en clase...como la puerta de entrada estaba al final, los alumnos no me verían ingresar y tenia derecho a observar el comportamiento de mi hija al natural, sin interferir con la clase, menos corregir a mi hija o a alguno de los niños.
El primer día fue todo un descubrimiento.... ingrese silenciosamente- el profesor estaba advertido- y descubrí que había total confabulación contra los profesores de parte de sus pequeños alumnos de solo 7 años.
El objetivo era simple: interrumpir a toda costa el dictado a fin que no pudieran enseñarles nada y no tener tareas. Mi hija se paraba en la silla gritando como Tarzán - de la nada - el otro saltaba como un gorilla-de su sitio hacia el escritorio-y un tercero gateaba pellizcando a sus compañeras y robándose lo que podía de las loncheras. Fue ese último el que me descubrió por que le clavé tal mirada láser -soporta la travesura no el robo-que era imposible que no me viera.
Ni bien me vió, se sentó quietecito, y su actitud advirtió a los demás que yo estaba ahí....mi hija se quedó petrificada y el gorilla salió del pupitre del maestro directo a su asiento.
"Continúe profesor", le dije desde el fondo.
Inmediatamente todos, sacaron lapices y cuadernos o lo que estuviera a su alcance y empezaron a copiar.
La clase continuó sin novedad con el profesor Miguel, que tiene una paciencia enorme, y que les regalaba caramelos cada vez que acertaban respuestas.
Esperé el recreo y hablé seriamente con mi hija, de ninguna manera yo iba a tolerar el irrespeto el clase asi que cambiaba o si o sí.... y se me hizo costumbre aparecer en muchas ocasiones gracias a ese permiso muy especial por clase.
Los chicos estaban en jaque....pero el profesor Salvador...no estaba de acuerdo... y se quejó.
No le gustaba que vaya, por que se sentía monitoreado.
Claro, que aunque ese no era el objetivo- menos juzgarlo- yo a regañadientes accedí a dejar de ir, pero advertí  a mi hija que cualquier día de esos volvería.
Ella pasó cuatro años en ese colegio, primero congeniando, luego confabulando, después odiándolo... el mundo estaba contra ella...(claro, según ella) y decidí cambiarla de colegio....donde pasó varios meses extrañándolo.
Mi hija muchas tardes llevaba su cuaderno de Ciencia y Ambiente donde ahora tenia buenas notas y se lo mostraba para orgullo de sus ex profesores, les contaba su nueva vida y que ahora se portaba bien. Cada viernes durante algunas semanas llevaba el cuaderno con sus mejores notas y se los daba a conocer. Su actitud hacia ellos había mejorado mucho."El Profesor Miguel y Salvador, me han felicitado" decía.
¿Los extrañas?..."si mamá... son mis amigos".
Ahora ya culminando Sexto Grado, sus ex compañeros la invitaron a pasar la fiesta de promoción, cosa que accedí gustosa, y el profesor Salvador - el más verde- tomó la palabra en ese último día, tras saludar a todos los presentes.
"Buenas noches con todos, déjenme decirle que este salón se destaca por ser todos de un comportamiento parejo.... discúlpenme, no he podido con ellos..." Todos en el gran salón  decorado rieron.
"Me alegra verlos a todos sentados aquí, por que yo quiero decirles algo, en esta noche  por primera vez he conocido recién a los padres de varios de mis alumnos con los que he estado más de cuatro años en la vida....y año tras año, los esperaba....Yo.... hace poco revisé mi pupitre y encontré libretas olvidadas, de alumnos que ni siquiera recordaba, por que sus padres jamás asistieron pese a que esperé pacientemente a que acudieran a mí a ver como estaban sus notas, y su progreso y jamás llegaron".
Su voz sonaba encolerizada y el silencio llenó el lugar.
"Déjenmes decirles algo, si ustedes abandonaron asi a sus hijos en primaria...no lo vuelvan a hacer de ninguna manera en secundaria por que estarán criando hijos renegados para la sociedad....nosotros los maestros de acuerdo a leyes, no podemos corregir a nuestros alumnos, menos aún gritarles o llamarles la atención por que inmediatamente nos sancionan".
"Nosotros los profesores- continúo- somos la última rueda del coche, en esta promoción hemos escuchado a varios niños que serán arquitectos...futbolistas....ingenieros....¡muy bien! Pero para que ustedes se den cuenta...que lástima me da oir, que ninguno de ellos será profesor...por que el profesor no gana bien, y siendo profesor no te volverás millonario por que para ello hay que tener vocación..por eso niños yo espero que ustedes tengan siempre vocación a lo que ustedes hagan...¡háganlo bien!".
Cuando observé a varios padres tenían los ojos vidriosos, todos estaban atentos.
"Esta es nuestra última noche juntos, aca se acaba mi presencia, espero que cuando nos volvamos a encontrar me saluden- se le quebró la voz- y se recuerden.... de este... su viejo profesor... que ha hecho el mejor de los esfuerzos por sacarlos adelante... créanme... que los voy a extrañar... Gracias"
Los padres y los niños aplaudieron a rabiar y no sé si habrán captado la intensidad del mensaje. Pero ni un cuadrito recordatorio, ni una plaquita de agradecimiento fue para el profesor Salvador, ése que durante año tras año intenta enderezar a nuestros chicos debido a la indolencia de los padres.
Ahi recién caí en cuenta del por qué su dureza, del por qué su rectitud, del por qué su desconfianza y miré un poco mal a la organizadora del evento por que si bien todo es belleza - por que todo lucía hermoso- no existe aunque sea una tarjetita para el tutor y es  por que muchos padres de los colegios estatales se creen que lo merecen todo.
Ojala y espero equivocarme que no haya sido asi.
Por lo pronto, mis respetos profesor Salvador sepa usted que todos los años junto al profesor Miguel le llegará aunque sea una tarjetita y un pequeño detalle de su pequeña pero terrible alumna.
Faltan más docentes como ustedes: de la vieja escuela.
¡Hasta siempre profesor!..... de la pequeña escuela fiscal, del barrio donde nací.....




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